¿Cómo te ves en diez años?

¿Cómo te ves en diez años?

-Con un toque de presunción, una gran seguridad, y claro, también con una chispa de pedantería, respondí:

-Como periodista de investigación experta en temas políticos, apegada siempre a los problemas que azotan a la población más vulnerable. Ya habré escrito varios libros y sin duda, en 10 años ya tendría bien recorrido el mundo por trabajo y por placer, mis ingresos serían más que suficientes y tendría una vida cómoda con toda la facilidad para darme mis gustitos. Tendría tantas buenas relaciones y obviamente me codearía con gente muy importante, con ellos compartiría mis ideales y mi visión del mundo. Seguiría soltera, porque estar casada y con hijos no combinaría con este plan de vida tan perfecto.

En ese tiempo para mí llegar a los 30 era sinónimo de madurez e independencia absoluta, pero también era sinónimo de ya no ser tan jovial, llegar al tercer piso no era tan emocionante porque creía que decir “veintitantos” era y sonaba mucho mejor.

  • Ahora tengo 32 años y aquella respuesta no sé si de verdad la dije, o soñé que la dije. Recuerdo que sí tenía muchos sueños que para mí eran tan palpables, no fáciles de conseguir, pero estaba segura que yo quería ser mejor cada día, que no dejaría de prepárame y que con un claro enfoque, determinación y constancia lo podía lograr.Sabía que tenía potencial, y más que eso, tenía hambre de tener una vida como me la pinté.

Y de repente me perdí, el enfoque se fue, el camino a seguir también, ¿por qué? Porque fui vencida por muchos pretextos, excusas y circunstancias. Mi vida profesional no existe, es más, creo que quien respondió a esa pregunta hace 10 años, tampoco existe ya.

A mis 32, tengo que limpiar “popositas” que no son mías, juntar juguetes todo el día, cargar con ungüentos y banditas para los raspones, imposible salir sin toallitas húmedas o comida y juguetes para entretener a mis hijos. A mis 32 les diré que mi vida de éxitos y mi desarrollo profesional que desee hace más de 10 años varían un poco, bueno… un muchísimo.

  • Hoy soy un ama de casa con dos hijos, y sin caer en cursilerías como: “ser madre es lo mejor que me ha pasado”, o “ser mamá es la mejor experiencia de la vida”, y frases así, les diré que ha sido todo un gran reto y que es verdad que el amor por un hijo es increíblemente diferente al amor que jamás se haya sentido por nadie, ese amor perfecto tan lleno de fuerza, ese amor que te describe perfectamente las palabras “infinito” e “incondicional”.

En definitiva, la realidad está muy alejada de aquella historia que a mis “veintitantos” sonaba más atractiva. Pero también creo que he hecho las cosas bien, hace años que no trabajo en una empresa con sueldo y prestaciones, pero he de decir que a lo largo de estos años, he adquirido una experiencia muy basta que no te da ni la mejor universidad ni el trabajo mejor pagado.

  • Si hiciera un currículo ahora mismo, incluiría todos mis talentos, habilidades y cualidades de las que ni siquiera imagine que tenía, como mi creatividad para contar historias de cualquiera, a mi hija le gustan las que incluyen magia y mucha aventura.

Agregaría mi capacidad de organización y trabajo bajo presión, conducir, cocinar o simplemente hacer una llamada mientras escuchas llantos como de niños torturados que son producidos únicamente porque la hermana no le quiere regalar una palomita de maíz al hermano. Entre mis habilidades también esta las negociaciones, las terapias psicológica, la administración de recursos, trabajar más 18 horas continuas y hay muchas más.

Amo a mis hijos con todo mi ser y jamás me arrepiento de haberme convertido en su madre, en este momento yo soy todo su mundo, quién se arrepiente de recibir un amor tan grandioso de unos seres tan pequeñitos, de ver sus caritas felices y de tener las tardes libres para estar presente en su formación como personas valiosas.

  • Pero sí hay muchas cosas de las que no me siento nada orgullosa, como de haber perdido el enfoque, la fuerza y aquella meta, de haber soltado la toalla al primer desafío, de no haber superado el miedo a fracasar, de haberme olvidado de mi vida profesional.

Tomaré ese magnífico amor que conocí hace casi 5 años con mi primera hija y le agregaré el amor que se me multiplicó cuando 2 años después llego mi segundo hijo, y eso será ese impulso que aquella vez falto. Pero lo mejor de todo es que apenas tengo 32 ¡soy tan joven! La vida está llena de oportunidades y de posibilidades, que cuando se quiere y se tienen las ganas y la dedicación, nunca es tarde para comenzar.

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Jaqueline Vidales

Soy una mujer de distintas facetas: creativa, profesional, esposa y madre. Amo a mi familia, valoro a mis amigos y disfruto del tiempo que paso con ellos. Abro mis sentidos a las experiencias más enriquecedoras de la vida.

RosaDistrito

En este blog Kike Esparza habla desde su experiencia, 12 años en el periodismo le han permitido adentrarse y disfrutar de tópicos como el cine, la música, la moda y la diversidad. Rosa Distrito es el espacio que disfrutamos todos.

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