¡Ya salió, ya está aquí el nuevo álbum de Thalía! El 9 de noviembre por fin el público de América Latina y Europa pudo escuchar completo el disco de la cantante de 47 años el cual contiene 13 temas, de los cuales, 10 tienen la base del reggaetón, el urbano y el trap; hay dos baladas y el bonus track “Me oyen, me escuchan”, cantico que se hiciera viral en las redes sociales hace unos meses y que hizo que la estrella de “Las Marías” conectara con audiencias más jóvenes.
Si desmenuzamos el disco, encontraremos a una Thalía que es fiel a su esencia latina, a sus sonidos frescos y sensuales, cargados de un halo naif, pero con toda la fuerza del género que llegó para quedarse: el urbano. Y es que los puristas lo quieran o no, es un estilo que tiene vigencia desde hace más de 10 años y por tal motivo, se ha quedado como una vertiente más de la música.
Thalía hace un disco colaborativo con artistas hispanos de diferentes partes del mundo; Natti Natasha de República Dominicana, Lali de Argentina, Fonseca de Colombia, Ana Mena de España, Carlos Rivera de México, Gente de Zona de Cuba, así también otros músicos del urbano como Dabruk y El Micha.
Hay dos poderosas baladas, la que hace con Carlos que se llama “Qué ironía” y la de “Por amor al arte”, una canción de Iván Guevara cuya letra es un himno LGBT que habla del amor entre dos mujeres. Sin duda Thalía ha hecho un disco ecléctico para todos los gustos y empoderando a la comunidad gay a través de su arte.
Sobre las colaboraciones con Lali, Natti y Ana, se nota una clara pronunciación hacia contraatacar el éxito de las letras de trap y reggaetón que los exponentes masculinos hacen en torno a la mujer, de representarla casi siempre como objeto sexual, en estas rolas de Thalía es la otra cara de la moneda, pero sin ser agresiva, ni pasada de lanza, por el contrario, divinamente irreverente.