Qué increíble ver en pantalla cómo se van rompiendo los estereotipos sobre lo que se consideraba estético o importante en una cinta. Y es que Melissa McCarthy y Octavia Spencer ponen el ejemplo de romper los patrones hegemónicos al convertirse en dos superheroínas, claro, con todas las responsabilidades que conlleva el hacer el bien.
En “Thunder Force”, dos amigas de la adolescencia “Lydia” y “Emily” (Melissa McCarthy y Octavia Spencer, respectivamente), ya convertidas en adultas, tendrán que recuperar su amistad, después de un malentendido tiempo atrás, sin embargo, su reencuentro sacará más que chispas, pues están por convertirse en dos mujeres literalmente, poderosas.
Me encanta que Octavia sea una actriz todoterreno que lo mismo hace drama que otros géneros en la actuación, por ejemplo en esta comedia donde interpreta a una sofisticada científica, mientras que en contraparte, Melissa sigue fiel a su vena irreverente haciendo papeles de mujeres desparpajadas, porque cuando le toca ser fancy, también lo hace muy bien.
La historia del origen de “Thunder Force” comenzó en 1983, cuando un pulso masivo de rayos cósmicos interestelares golpeó la Tierra. En unos meses, esos rayos, originalmente declarados inofensivos para los humanos por los científicos, desencadenaron una transformación genética en unos pocos seleccionados, desatando súper poderes inimaginables.
Reitero una vez más que Melissa y Octavia saben divertirse y así lo dejan muy claro en cada una de sus escenas, porque como también lo había dicho, en la película hay un gran mensaje sobre el empoderamiento de las mujeres el cual es inagotable y también destaca el hecho de que se pueden alcanzar los sueños en cualquier etapa de la vida.
Los efectos especiales son muy dignos, “Thunder Force” retoma la estética del universo de los superhéroes para ser una cinta convincente con la temática que representa, pero también para generar mucha diversión en cuanto a los estereotipos comunes que suelen darse en este tipo de proyectos, sin embargo, aquí se demuestra que dos mujeres de cuerpos diversos, de bellezas auténticas y de una genialidad natural, pueden ser grandes heroínas.