Amo las historias protagonizadas por un grupo de amigas, porque los conflictos existenciales se saborean mejor en equipo. He leído críticas buenas y malas sobre “Valeria”, la nueva serie de Netflix basada en la historia de Elísabet Benavent, quien antes del estreno había adelantado que la trama para la televisión se daba muchas licencias y que su público lector no esperara que ocurriera todo lo que pasa en sus novelas.
Pues bien, la primera temporada de “Valeria” se desarrolla del primer libro de la escritora y he decir que estos ocho primeros episodios nos dibujan los impulsos, deseos y pasiones de los roles centrales, obviamente “Valeria” (Diana Gómez) y sus amigas “Carmen” (Paula Malia), “Lola” (Silma López) y “Nerea” (Teresa Riott), pero son apenas unas pinceladas que me dejan con ganas de conocerlas más a fondo e identificarme con alguna de ellas. Sí considero que por lo menos en los primeros capítulos tuvimos que conocer más sobre ellas desde una perspectiva más íntima y no tan superficial, por eso espero que la segunda temporada sea más poderosa y menos light que la primera, si es que se aprueba.
Porque los personajes sí que lo valen, “Lola” es esa mujer dueña de su cuerpo que disfruta su sexualidad, pero que está en una relación tóxica con un hombre casado. “Nerea” es una mujer lesbiana que más allá del conflicto de salir del closet con sus padres, está buscando desarrollar su identidad; “Carmen”, la más cándida de todas, abre el diálogo de las mujeres creativas y modernas, mientras que “Valeria” es la imperfección andante, una mujer que se muestra vulnerable, indecisa, complicada, sí, como somos los seres humanos.
Uno de los puntos maravillosos que tiene el proyecto es su estética, los valores de producción son chulísimos, es como si estuviéramos viendo constantemente fotografías vintage en Pinterest o Instagram, la gama de colores, texturas y accesorios que se utilizan le dan un aire retro bastante chic. También el vestuario de las protagonistas, todas con un estilo muy particular y único, me encanta que se cuiden esos detalles. Y sí, aunque no habla de moda, invariablemente me remonta a “Sex and the city”.
En la trama se expone que “Valeria” es una escritora que quiere desarrollar su primera novela, pero nada más no se le da la inspiración, y mientras tiene conflicto con su proceso creativo, la relación con su esposo “Adri” (Ibrahim Al Shami J.) va de mal en peor, y todo se complica más cuando conoce a “Víctor” (Maxi Iglesias) el apuesto y apetecible tercero en discordia que pone la sal y la pimienta y que se vuelve un motivo importante para que “Valeria” se inspire a crear su novela.
Regularmente en los melodramas y series, vemos que cuando en una relación de pareja aparece el amante, éste o ésta siempre tiene una actitud sensual, de que va a estar en la cama en lencería o ropa interior cada vez que se le necesite, que será siempre un tipo viril o una mujer atrevida al momento de poner el cuerno, pero eso es una falacia, y “Valeria” no cae en el cliché y representa con gran naturalidad como se desarrolla una relación sentimental cuando un tercero aparece.
Claro, Maxi Iglesias es un adonis, pero en la trama se puede ver que aun siendo tan galán, también es humano y se puede correr rápido, o no se le levanta el asunto como quisiera y está bien, son cosas que pasan, nadie somos perfectos.
“Valeria” me parece, es el personaje que más conflictos nos causan como espectadores, es chocante en ciertos momentos, desespera su ambigüedad y su indecisión para tomar el rumbo de sus deseos, o la amas o la odias, pero no pasa para nada desapercibida. En fin, dense la oportunidad de ver la trama, pasarán un rato muy agradable sobre las crisis existenciales por las que nos enfrentamos los treintañeros.