Es 15 de julio, estoy celebrando mi cumpleaños 32. Me siento tan joven y tan lúcido en la inmensidad de este mundo, que la emoción y la adrenalina están más punzantes que cuando tenía 20 años. Llegar al tercer piso me desafiaba y me mantenía inseguro, pero dos años después puedo decir que estoy en una de las etapas más interesantes de mi vida. Cierto, no tengo mucho en esta vida, ni casa propia, ni coche… no son mis expectativas de vida y estoy tranquilo con ello, la presión social me atemorizaba bastante, pero aprendí a tomármelo con calma.
Cuando tenía 20 años pensaba que llegar a los 30 era haber logrado todo, tener un trabajo súper bien pagado, viajar por el mundo y tener las comodidades para cohabitar este bonito y contrastante México. Y no, muchas cosas de estas no las tengo, pero tampoco me quejo, mi profesión es el gran amor de mi vida, me encanta entrevistar, me encanta conocer gente nueva, me fascinan los viajes de trabajo que son agotadores, pero que me enriquecen mucho.
Llegar a los 32 es haber entendido que todo tiene un proceso y una respuesta sin respuesta, que la soledad se disfruta tanto o más que ligar en el antro. Que sí, ser selectivo es un don que al tener 20 no se aprecia y no se desarrolla sino hasta que llegas al tercer escalón. Llegar a los 32 es darme cuenta de mi proceso de aceptación como homosexual y que no me dé miedo vestirme de tal o cual manera, es saber reírme de mi mismo con inteligencia y contagiar a los demás con mis estupideces. Llegar a los 32 es ver mis fotos en Facebook de hace 7 años y darme cuenta que me vestía y actuaba como alguien que no era yo, que estaba en un proceso de encontrarme, y que sí, di conmigo y ahora me veo y me siento fabuloso.
Hoy tengo ganas de ser emprendedor, de volverme loco de conocimiento, de saber inglés aunque me cueste despertarme temprano los sábados para ir a clase y regrese a trabajar con un sueño de locos. Tener 32 es amar mis defectos, ser obstinado con el tiempo, contar las horas para todo, estornudar una y otra vez cuando tengo que tomar una decisión, ser testarudo con todo y con nada a la vez. Disfrutar de una coca light con cigarro en mano o gozar de la compañía de amigos que se vuelven hermanos al pasar de los años.
Tener 32 es también aprender la lección de que hay gente que viene sólo por un momento y después se tiene que ir, soltar lo que ya no te hace feliz. Tener 32 es perdonar a quienes te hicieron daño, no por gusto ni con alevosía y ventaja, sino porque en ese momento del trago amargo no tuvieron otro recurso que afectarte para poder sobrevivir. La vida es tan corta y el tiempo tan largo que siento que me falta otra vida para alcanzar mis sueños.
Si lees esto, es porque habremos de coincidir que la vida es hoy, se vive al día y con hambre de crecer. Y como me diría Julio Iglesias hace poco tiempo: “No soy feliz, pero trato, y el intentarlo ya es una felicidad”.
Fotografía: Pablo Hernández
Maquillaje: Jaqueline Vidales
Locación: Aloft Guadalajara
Ropa: Chaqueta de piel de H&M, T-shirt de Fer Quirarte, pantalones de LOB by Alfredo Martínez y zapatos de Zara.